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[Campaña de conquista] The stains coming from my blood are telling me to go back home. [Hayt]
[Campaña de conquista] The stains coming from my blood are telling me to go back home. [Hayt]
Las reservas se agotaban a una velocidad mucho mayor de lo que las cartas podían llegar a Nohr para solicitar refuerzos y las tropas ya estaban agotadas. La conquista al territorio de Naga había sido mucho más dura de lo que había pensado y se había golpeado de rostro contra una pared incluso cuando había esperado lo peor. Sus avances habían sido positivos, Nohr tenía cubierta la mayor parte del territorio y los campamentos estaban bien asentados, habían superado el mayor obstáculo al llegar a Granvale y el ejercito oscuro se habia antepuesto a todo a coste de sudor y sangre. Por lejos había sido la tarea más difícil que el principe se había propuesto, sobretodo tras el golpe emocional de perder el apoyo de su hermana en sus desiciones. Si bien todo había mejorado no habían esperado que la situación en Granvale estuviese tan mal. Los campos de cultivo estaban reducidos a cenizas, los locales no colaboraban en lo más mínimo con los invasores y resguardaban grupos reveldes de los caballeros sagrados que seguían atacando a los campamentos de Nohr... eso como simple extra del mayor problema de todos: la presencia emergida tan fuerte en el país.
No tenían ya de donde sacar comida, incluso en algún momento habían tenido que sacrificar alguno de sus caballos o mismo tomar los caballos enemigos para poder cenar de manera contundente y seguir teniendo fuerzas para pelear. El territorio era mucho más amplio de lo que el rubio había esperado y los rincones inexplorados siempre ocultaban lo peor, sin embargo habían logrado tomar la capital y era solo cuestión de tiempo de proclamar finalmente estas tierras para Nohr.
Tras la extenuante batalla donde los emergidos habían eliminado a casi todo su ejercito había logrado viajar desde el este, donde habían desembarcado, todo el largo camino hacia el oeste donde se tendrían que reunir con el ejercito ocupante de la ciudadela. De más de 150 hombres habían llegado solo el príncipe, la estratega plegiana y un puñado de 4 hombres. Agotados y heridos no tuvieron descanso, siendo un ejercito sin clérigos ni curanderos, Nohr se basaba principalmente en las medicinas para tratar us heridas y ante la escases de recursos las heridas no podían ser tratadas con eficacia. Quedó en el príncipe de escribir rápidamente un pedido urgente de provisiones al campamento del sur donde tenían contacto directo con Nohr y enviarla por wyvern para que llegase con rapidez. Ese era el día en que se suponía que llegasen los refuerzos.
La ciudad estaba tomada por completo por las tropas Nohrinas, las casas abandonadas habían sido transformadas en barracas y la gran iglesia había sido tomada como base principal. En las atalayas nació el anuncio de ver tropas avanzando desde el sur con el estandarte de Nohr, sin embargo también desde el sureste se veía un grupo no identificado avanzando con clara intención de interrumpir el avance. Si la emboscada llegaba a interceptar a los soldados que se movían lento por las carretas con provisiones corrían el riesgo de perder las mismas y ser vencidos no por el hierro de la espada enemiga si no por el hambre y las enfermedades, una manera ruin y despreciable de ser vencidos. Sin perder tiempo al ser notificado el príncipe reunió a tanta caballería como pudo y salió de la seguridad de los muros para hacer encuentro del grupo que se aproximaba. No había demasiados hombres del lado del príncipe pero eran suficientes como para dar apoyo y cuidar las preciadas provisiones hasta que llegasen a destino.
No tenían ya de donde sacar comida, incluso en algún momento habían tenido que sacrificar alguno de sus caballos o mismo tomar los caballos enemigos para poder cenar de manera contundente y seguir teniendo fuerzas para pelear. El territorio era mucho más amplio de lo que el rubio había esperado y los rincones inexplorados siempre ocultaban lo peor, sin embargo habían logrado tomar la capital y era solo cuestión de tiempo de proclamar finalmente estas tierras para Nohr.
Tras la extenuante batalla donde los emergidos habían eliminado a casi todo su ejercito había logrado viajar desde el este, donde habían desembarcado, todo el largo camino hacia el oeste donde se tendrían que reunir con el ejercito ocupante de la ciudadela. De más de 150 hombres habían llegado solo el príncipe, la estratega plegiana y un puñado de 4 hombres. Agotados y heridos no tuvieron descanso, siendo un ejercito sin clérigos ni curanderos, Nohr se basaba principalmente en las medicinas para tratar us heridas y ante la escases de recursos las heridas no podían ser tratadas con eficacia. Quedó en el príncipe de escribir rápidamente un pedido urgente de provisiones al campamento del sur donde tenían contacto directo con Nohr y enviarla por wyvern para que llegase con rapidez. Ese era el día en que se suponía que llegasen los refuerzos.
La ciudad estaba tomada por completo por las tropas Nohrinas, las casas abandonadas habían sido transformadas en barracas y la gran iglesia había sido tomada como base principal. En las atalayas nació el anuncio de ver tropas avanzando desde el sur con el estandarte de Nohr, sin embargo también desde el sureste se veía un grupo no identificado avanzando con clara intención de interrumpir el avance. Si la emboscada llegaba a interceptar a los soldados que se movían lento por las carretas con provisiones corrían el riesgo de perder las mismas y ser vencidos no por el hierro de la espada enemiga si no por el hambre y las enfermedades, una manera ruin y despreciable de ser vencidos. Sin perder tiempo al ser notificado el príncipe reunió a tanta caballería como pudo y salió de la seguridad de los muros para hacer encuentro del grupo que se aproximaba. No había demasiados hombres del lado del príncipe pero eran suficientes como para dar apoyo y cuidar las preciadas provisiones hasta que llegasen a destino.
Re: [Campaña de conquista] The stains coming from my blood are telling me to go back home. [Hayt]
Transportar provisiones era lo último que Hayt se habría esperado que terminaría haciendo cuando era niño. Cuando uno pensaba en guerra, se imaginaba batallas gloriosas, derrotas horrendas, sangre, camaradería y pesadillas. Pero con el pasar de los años había ido aprendiendo los diferentes aspectos de una guerra, y entre ellos se encontraban las provisiones. La línea de suministros era esencial en cualquier guerra, y sin ella no había ninguna clase de soldados que pudieran sobrevivir ni mucho menos pelear. La única excepción eran los emergidos, creía él, pero aún no había tenido la oportunidad de experimentar en uno para sacarse las dudas.
Ataviado en su particular armadura avanzaba al frente de la tropa, sus ojos desviándose de izquierda a derecha. Habían perdido al resto de su ya reducida caballería en la última de las escaramuzas, pero de no haber sido asi les habría ordenado mantener un perímetro móvil más amplio, sospechando la posibilidad de una emboscada. Dependiendo de la sorpresa, significaba perder un jinete, pero con el simple soplido de un silbato, o de un cuerno, toda la tropa ganaba la ventaja de la preparación y le negaba al enemigo una de las mayores ventajas de cualquier emboscada: El factor sorpresa.
Y mientras se lamentaba estas cosas, inquieto, finalmente vió que sus sospechas cobraban vida. Y no porque lo hubiese estado sospechando en ese preciso momento: Estaba esperándose una emboscada en todo momento desde que habían partido como el peor de los pesimistas, o el más precavido de los oficiales. Incluso un relój roto tiene la razón dos veces al día.
Cuando la emboscada finalmente los encontraría, sería afuera de la seguridad de las murallas. La vida de los hombres era importante, pero más importante era defender los suministros; sin ellos, todas las vidas perdidas hasta ese momento serían en vano.
—¡Infantería pesada, muro de escudos al Este! ¡Avancen!
Ordenó, su objetivo era sencillo: Comprar tiempo para que las provisiones llegasen a destino. Y mantener tanta distancia del contingente enemigo como le fuera posible.
—No dejen pasar al enemigo. Mantengan esas carretas en movimiento. ¡Rápido!
Hayt no se encontraba dando ordenes desde atrás, si no que las gritaba desde el grueso de la infantería pesada que había avanzado a su orden, teniendo toda intención de ser el primero en enfrentarse a las líneas enemigas. Y desde la vanguardia, las cosas no se veían bien. Aún no había formulado el plan de que haría, más allá de comprar tanto tiempo como fuera suficiente para que las provisiones llegasen a destino; solos y sin apoyo sus acciones peligraban.
Ataviado en su particular armadura avanzaba al frente de la tropa, sus ojos desviándose de izquierda a derecha. Habían perdido al resto de su ya reducida caballería en la última de las escaramuzas, pero de no haber sido asi les habría ordenado mantener un perímetro móvil más amplio, sospechando la posibilidad de una emboscada. Dependiendo de la sorpresa, significaba perder un jinete, pero con el simple soplido de un silbato, o de un cuerno, toda la tropa ganaba la ventaja de la preparación y le negaba al enemigo una de las mayores ventajas de cualquier emboscada: El factor sorpresa.
Y mientras se lamentaba estas cosas, inquieto, finalmente vió que sus sospechas cobraban vida. Y no porque lo hubiese estado sospechando en ese preciso momento: Estaba esperándose una emboscada en todo momento desde que habían partido como el peor de los pesimistas, o el más precavido de los oficiales. Incluso un relój roto tiene la razón dos veces al día.
Cuando la emboscada finalmente los encontraría, sería afuera de la seguridad de las murallas. La vida de los hombres era importante, pero más importante era defender los suministros; sin ellos, todas las vidas perdidas hasta ese momento serían en vano.
—¡Infantería pesada, muro de escudos al Este! ¡Avancen!
Ordenó, su objetivo era sencillo: Comprar tiempo para que las provisiones llegasen a destino. Y mantener tanta distancia del contingente enemigo como le fuera posible.
—No dejen pasar al enemigo. Mantengan esas carretas en movimiento. ¡Rápido!
Hayt no se encontraba dando ordenes desde atrás, si no que las gritaba desde el grueso de la infantería pesada que había avanzado a su orden, teniendo toda intención de ser el primero en enfrentarse a las líneas enemigas. Y desde la vanguardia, las cosas no se veían bien. Aún no había formulado el plan de que haría, más allá de comprar tanto tiempo como fuera suficiente para que las provisiones llegasen a destino; solos y sin apoyo sus acciones peligraban.
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Re: [Campaña de conquista] The stains coming from my blood are telling me to go back home. [Hayt]
El cargamento estaba ya a la vista y era prioridad que llegase a destino, ya podría decir que la vida de varios soldados dependía de ello, no tenían tiempo para pedir más provisiones y que llegasen a tiempo para tratar heridas y eventualmente llegaría hambruna antes que provisiones nuevas. Su caballo se había recuperado bien desde su última batalla, sin embargo él no, habiendo utilizado su única medicina en el equino había preferido atender su medio de transporte que a si mismo, pues había sido su boleto de salvación al poder recorrer tantos kilómetros hasta el campamento Nohrio más cercano. Sus heridas estaban cerradas pero los dolores prevalecían en su resentido cuerpo, cada vez que las patas del caballo tocaban el piso lo sacudian dandole una oleada de desagradable estremecimiento.
Veía desde su ubicación como los emergidos avanzaban y era inminente que llegasen antes que ellos pero el acorazado que guiaba la caravana se adelantaba con buenos reflejos enviando a sus hombres a interceptar los enemigos antes de que pudiesen llegar a las provisiones. La peculiar armadura ajena le hacía reconocerlo con rapidez, un teniente de brillante futuro en las filas del eercito, subiendo de rango con bastante rapidez era uno de los pocos que podía ostentar un alto rango militar antes de que la edad le comenzase a marchitar el cuerpo. El sonido metálico de las armas chocando entre si fue el indicador para que el ruboi desenfundae su espada y los caballeros que le seguían le imitaran. Comenzó a abrir su avance para apresar a los emergidos desde la retaguardia evitándo que retrocedieran o fueran a buscar refuerzos, con la combinación de los caballeros del fuerte y los soldados de la caravna podrían hacerles frente con mucha mejor ventaja que solo una facción.
Su acero encontró sangre de inmediato y abriéndose paso hacia el frente buscó con la mirada al lider de aquel grupo de infanteria - ¡Teniente! ¡Que la caravana siga avanzando, saldrán más refuerzos a pie de la base, los retendremos aquí hasta eliminarlos o hasta que las proviciones estén tras los muros! - mucha gente a su cargo dependía de aquellas carretas.
Veía desde su ubicación como los emergidos avanzaban y era inminente que llegasen antes que ellos pero el acorazado que guiaba la caravana se adelantaba con buenos reflejos enviando a sus hombres a interceptar los enemigos antes de que pudiesen llegar a las provisiones. La peculiar armadura ajena le hacía reconocerlo con rapidez, un teniente de brillante futuro en las filas del eercito, subiendo de rango con bastante rapidez era uno de los pocos que podía ostentar un alto rango militar antes de que la edad le comenzase a marchitar el cuerpo. El sonido metálico de las armas chocando entre si fue el indicador para que el ruboi desenfundae su espada y los caballeros que le seguían le imitaran. Comenzó a abrir su avance para apresar a los emergidos desde la retaguardia evitándo que retrocedieran o fueran a buscar refuerzos, con la combinación de los caballeros del fuerte y los soldados de la caravna podrían hacerles frente con mucha mejor ventaja que solo una facción.
Su acero encontró sangre de inmediato y abriéndose paso hacia el frente buscó con la mirada al lider de aquel grupo de infanteria - ¡Teniente! ¡Que la caravana siga avanzando, saldrán más refuerzos a pie de la base, los retendremos aquí hasta eliminarlos o hasta que las proviciones estén tras los muros! - mucha gente a su cargo dependía de aquellas carretas.
Re: [Campaña de conquista] The stains coming from my blood are telling me to go back home. [Hayt]
Tema cerrado. 20G a Xander.

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